Cuida tu piel durante el invierno

10 julio 2008


Durante la estación más fría del año, la piel necesita una atención especial para combatir la deshidratación y la tirantez que provocan los descensos de temperatura, el viento y la calefacción. Sigue las siguientes recomendaciones para darle a tu piel lo que necesita durante esta época.

Protégete del sol
Recuerda que los rayos solares UV son igual de dañinos en cualquier época del año. Aplica un filtro solar en el rostro o utiliza cosméticos que contengan una protección mínima de SPF 20. Si practicas algún deporte de invierno, recuerda acentuar todas las precauciones contra el sol, porque el efecto de los rayos ultravioletas sobre la nieve multiplica los riesgos.

Hidratación intensiva para tu rostro
El frio intenso provoca resequedad, tirantez y agrietamiento en la piel de tu rostro, por lo que debes aplicar cremas ricas en nutrientes que restablezcan los niveles de agua en la epidermis. Evita caer en el error de aplicarte cosméticos excesivamente grasos para compensar la sequedad de la piel, pues éstos sólo limitan su oxigenación y favorecen la aparición de impurezas.

Cuida la piel de tu cuerpo
Aunque esté escondida bajos los abrigos y los tejidos gruesos, que dificultan la oxigenación y la transpiración, no te olvides de la piel de tu cuerpo. Durante esta época del año tiende a descamarse y resecarse. Para compensarlo, date un baño de vapor una vez por semana para activar la circulación, liberar toxinas y exfoliar la piel. Después del baño habitual, aplica aceite en vez de crema y por la noche utiliza cremas untuosas mezcladas con aceites esenciales.

Tus labios
Son una de las zonas mas sensibles a los cambios climáticos, pues no poseen glándulas sebáceas ni capa córnea. Durante el invierno tienden a resecarse y cuartearse provocando una incómoda sensación de tirantez. Para evitarlo, no pases la lengua sobre tus labios, pues cuando la saliva se evapora, aumenta la resequedad. Aplica bálsamos cremosos –como el de manteca de cacao- enriquecidos con vitamina E.

Tus manos
La ausencia de glándulas sebáceas y una piel muy fina hacen que ésta sea una de las partes del cuerpo que más delata la edad. Su delicada piel es hipersensible al frío y tiende a resecarse. Para evitarlo, lávalas con jabones suaves y aplica crema humectante varias veces al día. Utiliza guantes para protegerlas al salir a la calle, la mejor opción son los elaborados en cuero, forrados de seda o algodón.

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