Sabías que cuanto más se duerma, más vivirás

05 enero 2008

La calidad del sueño está íntimamente ligada con la buena salud e incluso con la esperanza de vida.

De acuerdo con un estudio realizado durante cinco años, pero difundido recientemente, los índices de mortalidad fueron superiores en las personas que dormían muy pocas horas o mal, en relación con las que dormían placenteramente.

Lo que sucede es que para empezar a analizar el origen de las alteraciones es necesario develar cómo se produce el sueño.

Antes se creía que durante el descanso la conciencia no funcionaba, pero ahora se sabe que se produce una activación de la corteza cerebral, pero sin llegar al estado de vigilia, pero, además, éste no es un problema que afecta solamente a los adultos. Otro trabajo hecho en los Estados Unidos con 494 chicos demostró que el 37 por ciento tenía por lo menos un problema para conciliar el sueño.

Entre los motivos más comunes figuraban la resistencia a ir, a la cama, la dificultad para dormir, enuresis, sonambulismo o somnolencia durante el día. Así como en los adultos, la dificultad para lograr un buen descanso puede derivar en problemas de salud, como la hipertensión o la diabetes, en el caso de los chicos también generan trastornos que en la mayoría de los casos se refleja en el rendimiento escolar.

Por otra parte, los médicos aseguran que no todas las personas necesitan la misma cantidad de horas de descanso.

Mientras a algunas les alcanza con cuatro o cinco, otras requieren siete u ocho. Lo importante en
todos los casos es tratar de establecer una rutina tranquila y regular con hábitos ordenados. Sin embargo, las actuales condiciones de vida marcadas por el estrés y las preocupaciones atenta contra un descanso reparador.