Cuando se pierde el deseo sexual o la libido

20 junio 2008


Esta disfunción aparece cada día más a propósito de nuestra calidad de vida y los altos niveles de estrés, lo que afecta a más mujeres que hombres, sin embargo el impacto es más fuerte en estos últimos generando un daño colateral en la autoestima y emocionalidad femenina.

Muchos hombres y mujeres sienten en algún momento de su vida desinterés o apatía por las relaciones sexuales y eróticas. Es lo que se conoce como pérdida de deseo sexual o pérdida de la libido, un problema que afecta aproximadamente a un 43% de las mujeres y a un 31% de los hombres, sobre todo a partir de los 45 o 50 años. La ginecóloga y especialista en adolescentes, Dra. Oriana Carrasco, explica que en algunos casos esa disminución o pérdida de la líbido se debe a causas físicas relacionadas con la menopausia y la andropausia, pero muchas veces influyen netamente factores psicológicos, sociales y los problemas de convivencia con la pareja. A juicio de la especialista, el deseo es imprescindible a la hora de mantener relaciones sexuales, porque permite crear el ambiente de intimidad necesario para hacer el amor con la pareja. “Si no existe deseo sexual o líbido, es difícil pasar a otras fases de la respuesta sexual como la excitación y el orgasmo. Sin embargo, la realidad es que muchas parejas tienen problemas en su vida sexual debido a la pérdida de deseo. Una disfunción que si se trata, tiene solución en la mayor parte de los casos, pero que si se deja pasar o se oculta, puede crear una serie de costumbres en la convivencia diaria que lleven a la desaparición total de las relaciones sexuales, afectando los lazos afectivos construidos, proyecto de familia o de pareja”, sostiene.

Factores que influyen en el deseo sexual

La ginecóloga agrega que los síntomas de este problema son bastante evidentes y fáciles de detectar. “El trastorno se inicia con una desmotivación a la hora de tener relaciones eróticas con la pareja o con otra persona. Se define como falta de apetito o "anorexia sexual". Se trata de un desinterés general por acariciar o ser acariciado, falta de ganas de seducir a la pareja para hacer el amor y ningún interés cuando se lo proponen, así como tener pocas o ninguna fantasía sexual”, advierte. Señala que en el caso de las mujeres también conlleva falta de excitación, sequedad vaginal y dolor en la penetración, mientras que en los hombres, la falta de erección suele ser el signo más evidente. Según la Dra. Carrasco, en el deseo sexual influyen factores físicos, psíquicos y sociales. "Con la edad se producen cambios normales en la respuesta sexual tanto en hombres como en mujeres. Esto se suele notar en una disminución del grado de excitación, lubricación, de flujo sanguíneo y en la intensidad del orgasmo, pero también influye en el deseo, que puede ir disminuyendo. Por eso es necesario buscar las causas, porque en muchos casos se va instalando una especie de pereza en la pareja que termina por jubilar la vida sexual incluso mucho antes que la vida laboral. Y peor aún, muchas veces esto genera estados de angustia y falta de autoestima en la pareja quien termina buscando apoyo psicológico”, enfatiza.

Causas físicas y sicológicas

La ginecóloga expresa que ante una situación de anorexia o inapetencia sexual, lo principal es determinar las causas de la pérdida de deseo, que pueden ser de dos tipos. Por un lado están los problemas físicos u orgánicos que provocan una disminución del deseo, ya sea por enfermedades o bien como consecuencia del consumo de ciertos fármacos. Por otro lado estarían, las causas psicológicas, entre las que se destaca la conflictividad en la pareja; "Cuando hay discusiones, tensiones, poca comunicación y roces desagradables en la vida de pareja, se suele producir como consecuencia una falta de deseo, sobre todo en las mujeres", aclara. Por ello agrega que un breve entrenamiento estratégico no solo solucionaría el problema sino que además otorga a la persona una nueva oportunidad de cambio y crecimiento, reencantándola con su cuerpo, su pareja, su familia o sus proyectos. La profesional acota que al contrario de lo que muchas veces se piensa, no sólo el aburrimiento y la rutina es la causa de la falta de líbido, también el estrés, la ansiedad o la tensión contribuyen a empeorar el problema. "En muchas parejas se establece un repertorio sexual, basado no tanto en el deseo sino en lo que se supone que hay que hacer, en el deber social, como por ejemplo el coito. Hay muchas personas que desean otro tipo de experiencias pero no se atreven a decírselo a la pareja por miedo o falta de confianza, y eso se transforma en una pérdida de deseo", concluye.

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